domingo, 6 de noviembre de 2011

Hasta por ser especial.

''Si te gusta miras; sino no mires''

15 de Enero de 2011.
Soy de las que suelen hacerse pasar por tio en carnaval; sí, de las que cada vez que hay una ocasión buena hay que aprovecharla para ponerse de traje de pingüino y corbata a rayas blancas y negras; llámame rara, pero yo a eso lo llamo diferente. Soy de las que llevan piercings hasta en el clítoris, y quien quiera verlo, que me lo pida; llámame guarra, pero yo a eso lo llamo valentía. Soy de las que llevan la parte derecha de la cabeza rapada al uno para, al menos, poderme hacer un diseño de ''leopardo'', y la parte no rapada la llevo de tres colores; pero nunca colores normales, por favor, eso sería como un insulto a mi propia religión; llámame loca, pero yo a eso lo llamo originalidad. Soy de las que llevan hasta 50 coleteros en la muñeca derecha para ir regalandolos a todos mis ''conocidos'' -pongo conocidos entre comillas, para que se note que pongo conocidos, ya que no es lo mismo que amigos, a un amigo le regalo un te quiero a cada segundo que pasa-, y en la muñeca izquierda llevo las pulseras regaladas pero que yo no regalo; llámame posesiva, pero yo a eso lo llamo querer dejar un trocito de mi en cada persona. Soy de las que llevan vestidos tan cortos que se me ven las braguitas de Jack Skellington -sí, increíble, me tiré un año enteras buscándolas por toda la cuidad, y al final las encontré en un mercadillo de paso a  1 euro-, sí, cariño, llámame puta si quieres, pero yo a eso lo llamo ligar. Soy de las que no llevan sujetador cuando salgo los sábados de fiesta, porque es más cómodo liarme con un tío y que no encuentre obstáculos a la hora de meterme mano; vuelve a llamarme puta, pero yo a eso lo llamo facilidad. Soy de las que empezó a fumar, salir de fiesta, falsificarme DNI y beber a los 15 años; llámame adelantada, pero yo a eso lo llamo saber disfrutar de la vida al cien por cien. Soy de las que llevan gafas de vista aun que vea perfectamente, simplemente para hacer la gracia; llámame idiota, pero yo a eso lo llamo reirse un rato. Soy de las que se hacen tatuajes en sitios en los que es mejor no verlos, en plan ''¿Dónde está Wally?'' si tienes tiempo, ponte a buscarlo, te dejo; llámame persona que ensucia su cuerpo con idioteces, pero yo a eso lo llamo tener valor. Soy de las que llevan un calcetín de cada color; llámame egocéntrica, pero yo a eso lo llamo desorganizada que no quiere buscar dos calcetines iguales porque es una perezosa. Soy de las que dicen las cosas a la cara, tanto mi opinión acerca de tu nuevo peinado cómo si te grito en medio de un parque lleno de gente que me gustas; llámame desagradecida y facilonga, pero yo a eso lo llamo tener cojones -y me da igual tener ovarios, este es mi diario y puedo poner lo que quiera, porque para eso es mio y nadie más lo va a leer-. Y por último, soy de las que a sus 18 años siguen escribiendo diarios, sí, diarios en los que cada ''x'' página está el nombre del chico al que le gritó ayer en el parque que le gustaba, en los que escribe qué le pasa cada día, con quién se funde sus labios cada fin de semana; diarios en lo que escribe que ''modelito'' se pone cada día para no repetir el mismo en esa semana y no ser tan repetitiva; diarios en los que tiene una página dedicada solamente a piercings y tatuajes y en cada uno de ellos pone su fecha de nacimiento y la causa por la que se lo hizo; diario en los que se cuenta el día a día, la hora a hora, el minuto a minuto... Diarios que los miras cuando pasa un tiempo y recuerdas aquellos tiempos en los que salías y entrabas de casa, en los que fumabas como una carretilla, en los que tenías tantos amigos que cuando ibas a dirigirte a uno en concreto sino te salía el nombre decía: ''¡Amigo!'', en los que te cansabas de tanto alcohol... 
Pero, sobre todo, eran diarios en los que apuntabas las personas que te miraban con ojos buenos y las que preferían dirigir su mirada hacia otra parte; y ahora al leer aquellas páginas rosas de letras de colores te das cuenta de que aquellas persona que siempre han preferido mirarte a pesar de como eras por fuera o por dentro, siguen estando ahí, a tu lado, para cogerte si te caes; y que aquellas personas que preferían mirar hacia otro lado creyéndose superiores al insultarte por original cuando lo único que hacían eran ser como los demás siguen siendo eso, pues como los demás.
 Marina Levine.